El paisaje urbano de "La ciudad que no sueña"


Plano de Jerez de la Frontera
Plano de Jerez de la Frontera

 De un tiempo a esta parte se ha puesto de moda introducirse en el entramado urbano de una ciudad a través de novelas, donde aparte de la trama el autor dedica interés y espacio a describir calles, plazas, lugares emblemáticos o populares de la ciudad donde transcurre la historia narrada. Por supuesto que esto no es una novedad -y podríamos mencionar a un extenso número de libros desde que surge el género novelesco donde se materializa lo que decimos-, pero lo que sí es novedad es incorporar como un atractivo más, y generar entre los lectores a posteriori de la lectura de un libro, elementos que proyecten la utilidad, vigencia o interés de este más allá de la propia lectura. Así han ido apareciendo a lo largo de los últimos años itinerarios urbanos ofertados a turistas y vecino cual ciudad, a la sombra del éxito de esta o aquella novela. Un caso paradigmático es el de la ciudad de Barcelona cuyo entramado urbano podemos ir recomponiendo desde El Quijote, o La plaza del diamante, Nada, y más recientemente La catedral del mar, La sombra del viento. Hoy un número nada desdeñable de visitantes se acercan a esta ciudad, a otras ciudades, con el mapa de sus novelas preferidas en la cabeza. O el barrio de Salamanca de Madrid a través Romanticismo, la magnífica novela de Manuel Longares. Y por acercarnos geográficamente un poco más Cádiz, con el Asedio de Pérez Reverte o muy recientemente La maniobra de la tortuga de Benito Olmo, entre otra infinidad de títulos. Son novelas donde es fácil trasladar itinerarios en ellas narrados al momento presente y recorrerlos, con lo cual el libro no solo se convierte en un elemento de ocio con una mayor o menor vida temporal entre los potenciales lectores, sino un potente instrumento de conocimiento urbano, en torno al cual se publicitan itinerarios, se publican mapas o se escenifican en espacios naturales escenas de tal o cual novela de éxito que poco a poco, solo en algunos casos afortunados, se convierte en una parte indispensable para la introducción al conocimiento de la misma en un época determinada.

La calle Larga de Jerez de la Frontera
La calle Larga de Jerez de la Frontera

En La ciudad que no sueña, al igual que en otras -no tantas en este caso novelas centradas en Jerez-, paralela a la trama de los personajes reales y ficticios que en ella se relacionan, aparece en el fondo, para el lector que quiera palpar con más realismo lo leído, unos escenarios que aún -más o menos trasformados- son fácilmente identificables y que nos trasladan ni más ni menos que a la ciudad de Jerez a mediados de los años de la posguerra. Un Jerez casi olvidado, quizás porque la memoria trata de olvidar los momentos crueles y duros de nuestro pasado, pero que esta novela va reflejando. Monumentos emblemáticos, plazas, lugares de reunión, bares, calles por las que aun paseamos hoy pero con otros nombres, edificios en los que entramos y salimos pero que tuvieron otros cometidos. Descubrir la ciudad a través de una novela también es posible y en La ciudad que no sueña a través de sus páginas, encontraremos itinerarios intraurbanos que nos ayudarán hoy a visualizar el Jerez de aquellos aciagos años cuarenta del pasado siglo.

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