Juego de marionetas

ÚLTIMA ENTREGA DE LOS CASOS DEL INSPECTOR CASTILLA

UNA SAGA POLICÍACA PARA UNA OSCURA ÉPOCA (Publicado en el Diario de Jerez, el 23 de diciembre de 2022)

Cuarta entrega de la exitosa saga del inspector Castilla, que se ha ido conformando a medida que las tramas y los personajes han madurado y fluido; desde las temáticas de la Arqueología, el mundo de los bibliófilos y el libro, y el de la intriga política. Los tres títulos anteriores (Asta Regia, La Ciudad que no sueña y Operación Estraperlo, todos con una cuidada edición a cargo de Canto y Cuento) se integran en una crónica negra incesante de asesinos y víctimas, con múltiples matices. El personaje perenne, el solitario y desengañado inspector Castilla, mutilado psíquico de nuestra cruel guerra, cambia ahora de década: la de los cincuenta en el año previo a la construcción de la base aeronaval norteamericana de Rota; en la que nuestra gris nación se abre al mundo occidental de la Guerra Fría. Una mudanza de fechas que supone un canje de responsabilidades del protagonista (ahora es subcomisario), y un cambio de estatus de su siempre fiel, racional, equilibrado y paciente inspector Romero. Como en las anteriores novelas, un eventual colaborador se integra en este tradicional binomio, y así ocurre en Juego de Marionetas: en este caso un correcto y perseverante dandi gaditano, el subinspector Cuadrado. Los autores, Ramón Clavijo y José López, recogen en las algo más de doscientas páginas del relato el modelo galdosiano de contarnos la microhistoria en un marco sociopolítico global, a través de la miscelánea de personajes arquetípicos ficticios y reales. De ahí ese apéndice cronológico final que se ha incluido en la novela y que es un acierto por su utilidad. Nuestros novelistas responden a la necesidad pedagógica (de su admirada narrativa decimonónica), con recursos literarios populares tan del gusto de los lectores: una épica omnisciente y un intimismo cómplice, o un thriller por entregas, y retazos de costumbrismo cotidiano. Es un viaje por los polvorientos caminos de los nuevos poblados de colonización y por las bacheadas carreteras gaditanas y por el paisaje en trasformación de nuestra campiña marismeña: un collage con matices impresionistas de insólitos paisajes urbanos nevados y luminosos horizontes ribereños; el desarrollo de tramoyas dinámicas en viejos ensanches jerezanos y en las abigarradas tramas del barrio gaditano del Pópulo, por las que pasean soldados y espías anglosajones, heterogéneos policías patrios, obreros y desheredados, especuladores y políticos sin escrúpulos de ambos lados del Atlántico. Una novela para disfrutar de la lectura pero que también hurga con convicción (con el poder de la ficción pero sustentada en una sólida base documental) sobre hechos históricos poco conocidos. El extraordinario conocimiento que los autores tienen de nuestro pasado reciente condiciona esta nueva entrega de la saga, novela de misterios y aventuras, de justicia y crueldad, de dificultades existenciales y esperanza.

https://www.diariodejerez.es/ocio/saga-policiaca-oscura-epoca_0_1749725604.html

Juego de marionetas ¿Alguién da más?

Por Wayne Jamison. Periodista y Escritor

En su día afronté la lectura de Juego de marionetas, la novela de Ramón Clavijo y José López, por obligación, la de presentarla en su puesta de largo en la Fundación Caballero Bonald. Pero, lejos de convertirse en una carga, resultó un bálsamo, un oasis de liberación en unas jornadas repletas de obligaciones y compromisos. Creo que algo parecido le sucederá a quien la lea o haya leído. La diversión está garantizada.

El escritor David Toscana, autor de obras maravillosas como El último lector, El ejército iluminado o Evangelia, dijo algo que viene al caso: "El novelista posee una libertad de interpretación del pasado que no tienen los historiadores; hay que aprovechar esta libertad para alcanzar posibles verdades o al menos mover a reflexión al lector. En todo caso, la Historia en manos del novelista puede ser una experiencia estética". Algo de eso encontramos también en esta obra. Me propongo explicarlo diferenciando cuatro elementos cuya interrelación me parece clave en esta obra.

Entretenimiento. Por lo explicado antes. Es ante todo una novela muy entretenida, de esas que apenas dan respiro al lector.

Contexto histórico. Y no solo porque aborda unos años y un contexto de especial interés y que en este caso giran en torno a la presencia americana en Rota, de cuyo inicio precisamente se acaban de cumplir 70 años. Se trata de un componente que ha ido adquiriendo más importancia en la saga del inspector Castilla de la que forma parte esta novela, con elementos e historias de la posguerra en esta zona poco conocidos pero relevantes. Jerez, Cádiz, Rota, Nueva Jarilla… Se suceden escenarios que conocemos, pero en un contexto al que muchos solo podemos acercarnos a través de libros como este. Se presenta con una enorme fidelidad, incluyendo la relación 'institucional', de cooperación obligada entre españoles y americanos en, por ejemplo, temas de seguridad. Son tal como se describen, con esa sor patrol (policía militar americana) coordinada con la policía española para vigilar que los soldados estadounidenses no se desmadrasen más de la cuenta durante sus juergas en suelo español.

Hay que tener en cuenta cómo se fraguó y se selló ese acuerdo hispano-americano para la instalación de la base, tras una Segunda Guerra Mundial en la que España jugó el papel que jugó y en los inicios de una Guerra Fría en la que el comunismo pasó a ser el enemigo común. Ese contexto en el que se produjo ese acuerdo, el secretismo que le caracterizó, el proceso de adquisición de suelo y la consiguiente instalación de mayetos en Nueva Jarilla… Todo eso está magníficamente retratado.

Género. Estamos de nuevo ante una mezcla de géneros narrativos, novela histórica y novela policíaca, un maridaje resulta de lo más estimulante. Quizá sea la base sobre la que se sustenta esa capacidad de entretenimiento.

Personajes. Es una de las grandes virtudes de esta novela. Sí, sobre todo Castilla, un policía peculiar, como sabemos, peleado con el mundo y con carácter complejo. Aparece magníficamente retratado, pero de forma indirecta, como debe ser, a través de sus acciones, sus diálogos, sus reflexiones, sus obsesiones… Es difícil describir mejor a alguien. Uno no sabe si quererlo u odiarlo, lo que es un logro admirable. Porque lo que sí es seguro es que Castilla no deja indiferente a nadie. Y conseguir eso con un personaje no es fácil.

Estamos, en definitiva, ante una novela superior, prueba de la madurez literaria de sus autores. Ya lo decía Virginia Woolf, que de esto sabía algo: una buena novela le hace a uno pensar o sentir. Esta hace ambas cosas. ¿Alguien da más?

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